Sin descanso.

Atrás quedó Xinjiang y esa zona de la China del norte en que la multitud de étnias y culturas nos dejó atónitos. Desde Urumchi la ascensión hacia el norte fue durísima debido a los vientos, o mas bien a los vendavales que, en momentos huracanados nos hicieron difícil incluso el mantenernos sobre la bici cuanto más, el pedalear. Estamos en época de vientos en esta zona del mundo y éstos, nos continuaron azotando sin piedad haciéndonos sufrir lo indecible por las enormes rectas que cruzan el desierto hacia el norte. Este mismo hecho nos abrió puertas; a algunos, el vernos llegar en bici desde la aridez del desierto y observar desde la distancia nuestra lucha para avanzar parecía ablandarles el corazoncito y desplegar toda su ayuda y apoyo; así fue que en los días más críticos  fuimos acogidos e invitados con todos los honores en lugares tan curiosos como una tienda de bicis o el edificio del peaje de una autopista.
Un descubrimiento que nos hizo deleitarnos con grandes momentos fue el conocer que en las gasolineras chinas te dan agua caliente, hirviendo si la pides (al igual que en las turcas te dan te) y esas paradas a resguardo saboreando un cafelito hecho sin tener que mover un dedo más que para darle vueltas a la cucharilla, y con la paz que trae el dejar de escuchar el fuerte viento silbarte en las orejas….fueron grandes momentos.
Ya pasamos la frontera y si, ya llegamos a Mongolia donde hemos recorrido ya unos 450kms en los que hemos sudado la gota gorda. Hasta el momento nada de esa verde estepa que esperábamos e imaginábamos deseosos de ver cambiar ya el mundo con los ojos hartos de marrones. Aun nada y es que esta zona del sudoeste es seca y desértica y mas en esta época en que aún no llegaron las lluvias pero…. la belleza y el poder de este desierto nos hace seguir adelante en estas duras, durísimas pistas de arena y piedras que nos toca recorrer.
La conexión a internet es muy escasa pues Mongolia apenas esta poblada y incluso el aprovisionarse o conseguir agua aquí es algo muy difícil. Hoy, único día de descanso estamos con el cuerpo roto, literalmente rotos y sin demasiadas ganas de pasar el único día que tenemos, delante del ordenador por lo que …. hemos decidido dejar lo de subir las fotos y contaros con mas detalle para la próxima. Como dice Aitor: «esto es como correr una ciclo-cross pero con una bici de 70 kilos». Estas, las bicis, hasta ahora están aguantando bien la paliza, hemos atado las alforjas con gomas extra y van tirando… por ahora.
De nuevo, como en Tajikistán o en Namibia, lo remoto de éstas tierras y lo extremo de estos parajes hacen duro el avanzar, el sobrevivir incluso en éste medio pero eso mismo y la grandeza, la mágia y la inmensidad de lo que nos rodea nos hace, no solo seguir sino, hacerlo disfrutando, agradecidos por poder estar aquí y en cada uno de los escasos contactos con estas gentes hemos asegurado con certeza que ya solo por eso, mereció la pena todo el sufrimiento.
En breve os contamos.

5 comentarios en “Sin descanso.

  1. Me duelen las piernas. Como vaya al médico me da la baja. A ver cómo le explico que las agujetas, tendinitis y sobrecarga muscular son «…de leer lo que hacen mi hermana y Aitor.»

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  2. hola soy juan amigo de tu padre cuando yo vivia en torrejon saliamos juntos en bicicleta y ahora que vivo en cordoba seguimos teniendo contacto presisamente hace cinco minutos que e mos ablado de bostros te deseo ati y aitor que tengais mucha suerte un besito parati y un abrazo para aitor

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